En las últimas décadas, los cambios acelerados en la dinámica de funcionamiento de la economía mundial han situado a las ciudades como centros privilegiados en el mando de los flujos de información, tecnología y capital, que articulan los territorios a diferentes escalas espaciales. Sin embargo, al mismo tiempo, se ha observado una expansión significativa y particularmente destructiva de las fronteras extractivas, tanto de monocultivos como de minerales.

En Brasil, los procesos de urbanización y reprimarización de la economía son concomitantes y complementarios. Aunque el vínculo entre la urbanización y el crecimiento económico se reconoce y teoriza desde hace tiempo, las ciudades han adquirido un papel renovado en una economía en la que las ventajas competitivas dependen cada vez más de la capacidad de transformar el conocimiento en innovación. Sin embargo, paradójicamente, al mismo tiempo, los sectores agroexportador y minero, tan antiguos como el propio país, se han consolidado como unos de los más dinámicos y potentes, no sólo en Brasil, sino en toda América Latina. Como espacios privilegiados para la generación de riqueza, tanto las ciudades como los territorios de expansión de la producción de mercancías son lugares que contienen algunas de las principales contradicciones socioambientales del modelo de crecimiento actualmente dominante, como las desigualdades socioterritoriales, la violencia contra los grupos vulnerables y la degradación ambiental.

Como puntos densos de operación de conflictos, las ciudades y los espacios de extracción de recursos naturales constituyen hoy en día el núcleo por excelencia desde el que podemos aprehender las contradicciones del capitalismo global, particularmente a través de los procesos de generación de desigualdades, conflictos socioambientales y otras dinámicas socioespaciales de generación y acumulación simultánea de riqueza y exclusión. Estas tensiones, derivadas de los intereses contrapuestos entre grupos sociales, la asignación de derechos ineficaz, los marcos de gobernanza inadecuados y la propia motricidad de los procesos socioeconómicos a diferentes escalas, configuran una lista de fenómenos complejos, que requieren enfoques integradores.

En los últimos doscientos años, la democracia ha triunfado como el principal régimen político del mundo. Hoy en día influye en manifestaciones tan diversas como las formas de gobierno, los derechos individuales, los procedimientos legales y los repertorios de movilización social. Inseparable de las relaciones sociales de poder en los Estados y en el ámbito mundial, la práctica de la democracia ha ampliado el campo de las expectativas de los derechos individuales y colectivos e incluso ha alterado las concepciones de la propiedad. Contradictoriamente, a pesar de sus promesas y potencialidades, el triunfo de la democracia coexiste con un orden mundial cada vez más desigual en términos sociales, económicos y raciales.

Con profesores de los campos del Derecho, la Antropología, la Historia y las Relaciones Internacionales, el eje «Geopolítica, Leyes y Derechos» ofrece un enfoque interdisciplinario para comprender el pasado, el presente y el futuro de las relaciones contradictorias entre la expansión de los derechos universales y la profundización de las desigualdades en el mundo contemporáneo. Abarcando un extenso arco cronológico desde la Era de las Revoluciones hasta el neoliberalismo del siglo XXI, el eje explora el desarrollo de la desigualdad abordando temas como los repertorios constitucionales, los derechos humanos, la ciudadanía, la esclavitud, la apropiación de múltiples regímenes de normatividad, la movilización social y los organismos multilaterales internacionales.

Para abordar los fundamentos jurídicos de la desigualdad, el eje explora conceptos procedentes de los campos de la sociología histórica, el derecho constitucional e internacional, las relaciones internacionales y la historia social.

Los aspectos relacionados con la construcción de las identidades y el sentimiento de pertenencia han impregnado durante mucho tiempo los análisis de los investigadores. Dentro de este campo, hay mucho que apreciar. Desde panoramas históricos orientados a la producción de conocimiento científico en sus diversas áreas hasta cuestiones relacionadas con las políticas educativas que implican el aprendizaje activo, con la experimentación en actividades pedagógicas tecnológicas, las disciplinas que componen el eje proponen nuevas reflexiones sobre las relaciones sociales establecidas y el papel de la comunicación y sus medios, abarcando tanto a los individuos que están en el centro como a los márgenes de la sociedad, exponiendo las dinámicas de la globalización y las desigualdades en los espacios.

Así, este eje propone múltiples lecturas transdisciplinarias en relación con la cultura, las lenguas y la historia del mundo, destacando el análisis de los procesos desiguales y asimétricos en la producción del lenguaje y el conocimiento científico. Involucrando aspectos socioculturales y tecnológicos que expresan la diversidad y la participación ciudadana, el eje «Culturas, Identidades y Lenguas» plantea reflexiones y presenta diferentes miradas sobre los procesos y memorias en torno a las identidades en tránsito en el mundo contemporáneo.